El aceite de oliva es el aceite comestible más antiguo y hoy en día lo asociamos a la cocina mediterránea.
Sin embargo, durante siglos, el legendario olivo, y su zumo, fueron considerados símbolos significativos y mantuvieron una estrecha relación entre la profanidad y la divinidad.
El olivo en la mitología griega
Los griegos lo veneraban como un árbol místico que, según su mitología, surgió como resultado de una competición entre Atenea, la diosa de la sabiduría, y Poseidón, el dios de los mares.
Compitieron para ofrecer el regalo más valioso a la humanidad y el ganador se convertiría en el protector de la nueva ciudad de Ática.
Poseidón ofreció un valiente caballo de guerra y Atenea un olivo.
El olivo, cuyo fruto nutría y su aceite podía utilizarse como alimento, medicina y combustible, fue considerado por los ciudadanos como el regalo más útil.
Por ello, la ciudad recibió el nombre de la diosa Atenea, Atenas.
Si tiene la oportunidad de visitar la Acrópolis, encontrará el olivo místico frente al templo del Erecteón.
También se cree que los dioses griegos nacieron bajo sus ramas.
Según la leyenda, Hércules, el fundador de los Juegos Olímpicos, plantó un olivo sagrado, llamado «Elaia Kallistephanos», que significa: el que hace bellas coronas.
Los atletas se ungían con su aceite antes de los Juegos Olímpicos y los ganadores recibían una corona de ramas de olivo de este árbol especial.
Durante los Juegos, las hostilidades cesaban y los atletas de toda Grecia participaban en la competición.
Los Juegos Olímpicos no sólo promovían el espíritu atlético, sino también todas las cosas bellas, grandes y verdaderamente significativas que aporta la paz.
La rama de olivo se convirtió en un símbolo de acercamiento de personas e ideas y todavía hoy transmite un mensaje universal de Paz.
El olivo en la Biblia
«Y la paloma volvió a él al atardecer, y he aquí que en su boca había una hoja de olivo recién arrancada. Así supo Noé que las aguas se habían retirado de la tierra» Génesis 8:11
En la Biblia, el aceite de oliva se sitúa, además del agua, el vino y el pan, como uno de los símbolos más significativos del cristianismo.
Cuando Jesús llegó a Jerusalén, fue recibido con ramas de olivo, ya que se consideraban símbolos de victoria.
Esta tradición se sigue conmemorando durante el Domingo de Ramos, justo antes de la Semana Santa, cuando los cristianos celebran la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
Cerca de la ciudad vieja de Jerusalén, en la base del Monte de los Olivos, se encuentra el jardín de Getsemaní, donde Jesús rezó justo antes de ser traicionado y arrestado.
En el Monte de los Olivos, todavía hoy se encuentran los olivos más antiguos del mundo.