Carlos V
La verdad sobre Carlos V, el hombre que tuvo un “imperio en el nunca se ponía el sol”
Carlos V el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y Emperador de la Cristiandad fue un hombre anhelante y poderoso, pero también un ser humano que conoció el amor verdadero.
También conocido como Carlos I Rey de las Españas. Un luchador nato bajo el que España conquistó realmente el Nuevo Mundo.
¿De qué consta la visita guiada privada de Carlos V?
En esta visita guiada nos acercamos a la cara más personal de Carlos V. Desnudamos al personaje histórico, con sus virtudes, sus defectos y sus distintas facetas hasta llegar al hombre detrás de el.
Ven conmigo a pasear por su historia, déjame que te lleve por los edificios de la ciudad de Granada que tuvieron una relación personal y directa con la vida de Carlos V. Vive en un paseo de dos horas la fascinante historia de este Emperador y su relación con el Reino de Granada.
Iniciaremos la visita en el que fuera su legado mas importante; el Palacio de Carlos V. Luego cruzaremos el bosque de la Alhambra para adentrarnos en la ciudad, donde iremos conociendo sus contribuciones durante su luna de miel. Para terminar, recordaremos su deseo de ser enterrado en la Catedral de Granada.
La vida de este Emperador esta llena de mitos que nos ocultan muchas de las realidades de este personaje y que se conoce muy poco de su persona. Por eso, estoy segura que esta visita os cambiará la percepción de la persona de Carlos V.
¿Qué nos va a revelar la visita de Carlos V?
La visita guiada me permitirá mostrar la historia de la vida y hechos de nuestro protagonista desde su niñez hasta su abdicación.
¿Nació Carlos V en una letrina?
Parte de las luces y sombras de Carlos V se manifestaron desde su nacimiento, no fue el nacimiento de un príncipe de cuento de hadas.
Su madre, Juana “La loca”, asistió a una fiesta en el Palacio de Prinsenhof, para acompañar a su marido. Durante la fiesta Juana sintió ganas de ir al baño. Para su sorpresa el resultado fue que allí mismo, estando sola, sin doncellas a su lado, dio a luz a su segundo hijo.
El que sería luego el primer rey de España nació en una pestilente letrina de la época medieval. Gran paradoja de la vida.
La personalidad de Carlos V
Carlos nunca fue amado por sus padres. No conoció el amor de una madre y no tuvo la figura de un padre.
Vivió su niñez en un palacio con sus hermanas; Leonor, Isabel y María, sus maestros y servidumbre. Su tía Margarita de Austria, su tutora legal, vivía en el palacio de en frente.
Este fue en gran parte el motivo de su carácter melancólico y callado. Carlos con toda su autoridad imperial, sentía más tristeza que alegría.
Era amigo de la soledad y enemigo de reír. Donde mejor se encontraba era en su cámara, aunque esto fuera incompatible con sus obligaciones.
El flechazo de Carlos V
Afortunadamente la Bella Isabel De Portugal dio un giro total a su vida.
Al emperador solo le bastaron 5 minutos para darse cuenta de que era el amor de su vida y casarse con ella.
Contados personajes históricos pueden decir que han amado de verdad. Granada tuvo la fortuna de ser testigo de esa luna de miel.
La llama del amor estuvo activa durante catorce años, tras su muerte el emperador jamás volvió a casarse
Luces y sombras
Pero sus luces y sus sombras no cesaron al encontrar al amor de su vida.
El Emperador de la cristiandad era un hombre complejo que practicaba tantos pecados capitales como virtudes.
Era rencoroso, avaricioso y su gula le daba muchos problemas porque era glotón y tenía una dentadura desproporcionada con la que no podía masticar correctamente los alimentos.
Sin embargo, era también justo, honesto e integro como caballero. Era fiel a sus palabras y no le gustaba mentir.
¿Por qué abdica Carlos V?
Era trabajador, trabajó mucho por todos sus reinos y al igual que su abuela, la Reina Isabel, Carlos V fue un gran defensor de la religión católica.
Tuvo grandes enemigos con sus propias historias apasionantes, de los que por poner un ejemplo podemos nombrar a Francisco I, Solimán el Magnifico, Barbarroja y el mismo Lutero.
Toda esta batalla incesante llevo a Carlos I a confesar que ya no le quedaban fuerzas para seguir luchando contra corriente. Estaba cansado, desilusionado y enfermo. Y esta es la razón por la que toma una decisión sin precedentes.
A los cincuenta y seis años, abdica de forma progresiva todos sus reinos en su hijo Felipe II. Se convierte así, en el primer rey de España que abdica en vida.