Aisha la madre de Boabdil, Aisha bint Muhammad ibn al-Ahmar fue la última reina mora de Granada. Fue conocida como Aisha al-Hurra (La Honesta) por sus súbditos y Aixa por sus enemigos cristianos.

Aisha era una de las mujeres de mayor prestigio, abolengo y poder en la corte nazarí de finales del siglo XV. Fue una mujer temperamental, inteligente, valiente y dominante.

Aisha, la Honesta

Estuvo casada veinte años con su primo hermano Muley Hacen.  El matrimonio tuvo tres hijos:  Aixa, Boabdil y Abu-l-Hayyay Yusuf.

Aisha la madre de Boabdil fue una mujer de valor que se mantuvo firme contra la amenaza cristiana y una madre coraje que se opuso a su propio marido para defender los derechos de su hijo. Además, tuvo que vivir una grande pesadilla en el amor.  Aparece en escena una esclava cristiana; Isabel de Solís.  Muley Hacen se enamora de ella y le convierte en su esposa.  Ella acepta el islam por amor y recibe el nombre de Soraya. Es entonces, cuando Soraya no solo le roba el amor de su marido, sino que consigue relegar su posición de sultana y amenazar con el futuro del heredero.

El celo y el temor por la sucesión de sus hijos la instaron a Aisha en participar activamente en una conspiración para destronar a su esposo y poner en su lugar a su hijo Boabdil.

Tras la toma de Granada por los Reyes Católicos el 2 de enero de 1492, Aisha se marchó al exilio con su hijo.  Primero, se trasladan al señorío de Andarax, en la Alpujarra.  Un año más tarde, a la ciudad marroquí de Fez, donde finalmente muere nuestra protagonista.

Cuentan las crónicas que existe un romance popular que pone en boca de Aisha, madre de Boabdil, unas palabras a su hijo:

Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre”

No hay evidencia histórica de esa frase, pero sí deja entrever la derrota que Aisha sufrió como madre.

Para conocer algo más de esta valiente mujer, te invito a visitar conmigo el barrio del Albaicín para desvelarte el mejor ejemplo de la arquitectura del arte nazarí fuera de la Alhambra. Me refiero al Palacio de Dar Al-Horra, que significa «Casa de la honesta», la última residencia de la sultana reina Aisha.